Exhumación
El 18 de junio de 2018 comenzó la exhumación de los cuerpos, un hecho muy importante para las familias ya que por fin, después de 80 años, los cuerpos salían de la fosa que los asesinos fascistas crearon para ellos y los familiares recuperamos a nuestros padres, tíos y abuelos arrebatados.
Financiados por la Diputació de València, los trabajos de exhumación, estudio antropológico y las tomas de muestras de ADN a los familiares fueron y realizados por profesionales de la arqueología y antropología de la Asociación Científica ArqueoAntro. Equipo que nos ha ayudado y acompañado desde el primer día y a quienes estamos muy agradecidos por su profesionalidad, su trato, su saber hacer y amistad.
Identificaciones
Se han realizado dos análisis de identificación genética, el primero financiado por la Diputación de Valencia y realizado en los laboratorios de Genómica en Madrid en el que se pudieron identificar solamente cuatro cuerpos, los de Ángel Lladosa Vidal, José Valiente Rebert, José Torró Penadés y Rafael Bernabeu Esparza.
Recientemente, y gracias en esta ocasión a la financiación de la Conselleria de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica de la Comunitat Valenciana, los restos se han vuelto a analizar en esta ocasión por BIOMICS Research Group de la Universidad Del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, Vitoria-Gasteiz, consiguiendo resultados muy favorables ya que se lograron identificar los cuerpos de once personas: José Manuel Murcia Martínez, Juan Pérez Gavidia, Miguel Pérez Gavidia, Ángel Lladosa Tomás, José Sanz Esteve, Hermenegildo Penadés Sanchis, Vicente Valiente Rebert, Vicente Boscá Insa, Bautista Penadés Calabuig, Rafael Aliaga Martí y Vicente Molla Galiana.
Inhumaciones
Desde la fosa 94 y junto a la Plataforma de fosas de Paterna, hemos luchado para que una vez exhumados, los restos óseos no identificados no tengan que volver a la fosa donde fueron arrojados y enterrados, mediante la reclamación de memorial que se construirá dentro del cementerio de Paterna. Un lugar que no solo servirá para alojar dignamente los restos óseos de las personas fusiladas que no sean identificadas o cuyas familias prefieran que dichos restos se queden en el cementerio, sino también para rendir homenaje a las víctimas.