Estas mujeres soportaron un peso enorme sobre sus hombros. Fueron condenadas, humilladas, rapadas e incluso a algunas de ellas les robaron a sus hijos. Les quitaron todo, sueños, ilusiones, educación, empleo, hogar y familia, pasaron hambre y miseria.
Por esa etapa tan oscura, la del horror que tuvieron que vivir, queremos agradecer, homenajear y reconocer a todas aquellas viudas, abuelas, madres, hijas y hermanas, las grandes olvidadas de la memoria pese a ser grandes luchadoras. A nuestras abuelas y madres: Carmen, Francisca, Josefa, Carolina, Cecilia, Esperanza, Concepcion, Consuelo, Filomena, Isabel, Amparo, Amalia, Leonor, Lucía, Rosa, Mercedes, María, Rosario, Vicenta, y otras tantas mujeres…
Gracias a todas.
Estamos orgullosas y orgullosos de cada una vosotras, sin vuestra valentía hoy no estaríamos aquí.